RECORRIENDO PRAGA

A primera vista, la ciudad de cuento de hadas de Praga se vería como un intrincado nudo de sinuosas calles, estrechos callejones e infinidad de iglesias, pero con un poco de orientación es muy fácil el recorrerla. No es de sorprender que la mejor forma de sentir la ciudad, es simplemente, haciendo una caminata a lo largo de los tantos vecindarios. Pero si no tienes tiempo como para eso, aquí te damos algunos datos para que te inicies…

¿Quieres conocer el corazón latente de Praga? Pues ve a la Plaza de la Ciudad Vieja (Staroměstské náměstí), que pertenece a las plazas más bellas del mundo. En su cercanía puedes visitar el fascinante gueto judío (Josefov) envuelto en muchas leyendas. ¿Eres de espíritu romántico? Pues, debes saber que no hay lugar más romántico que el Puente de Carlos (Karlův most) al amanecer. El atardecer es más bonito observar desde las murallas del mítico Vyšehrad, lugar que recuerda los principios de la estatalidad checa.

Praga se encuentra dividida en dos por el Río Vltava, que corre verticalmente en una línea relativamente recta. Encontrarás una curva cerrada y un bucle en el centro, que inicia justo al norte del Cuarto Judío.

La ciudad fue históricamente conformada por cinco barrios independientes: Hradčany (el área del Castillo), Malá Strana (Barrio Pequeño), Staré Město (Barrio Antiguo), Nové Město (Barrio Nuevo), y Josefov (Cuarto Judío), lo cuales siguen siendo relevantes hasta ahora. Así que si tú ves como están acomodados unos con otros, y de que lado del río queda cada uno de ellos, la ciudad se torna fácil de recorrer.

La primer área de atención es Hradčany, que se encuentra en la orilla oeste del río. Sede de la realeza durante siglos, el área se centra en el Área del Castillo, el cual (se ubica en una cima que domina a la ciudad) es visible desde muchos puntos en ambos lados del río. El área bajo Hradčany es Malá Strana, es densa con mansiones decoradas al estilo  Barroco y Renacentista especialmente construidas para la nobleza de los siglos XVII y XVIII.

Su silueta es monumental. El Castillo de Praga, símbolo de los Países Checos, sede de los antiguos soberanos y según el Libro de los Récords Guiness el castillo medieval más grande del mundo. Este es el lugar que no puedes de ninguna forma perderte durante la visita de la Praga de las cien torres.

Inmediatamente al este del río, directamente conectado con Mala Strana por el Puente Manes (el siguiente río arriba a partir del famoso Puente Charles) está el Cuarto Judío, que corre a lo largo de la calle Pařížská. Y tierra adentro hacia el sur de ésta área se encuentra el  Barrio Antiguo. Compuesto por sus tres principales calles comerciales – Revoluční al este, Na Příkopě hacia el sureste, y Národní Třída hacia el sur – el centro de este distrito lo es el Staroměstské náměstí (Plaza del Barrio Antiguo), era anteriormente un mercado medieval y se encuentra rodeada de primorosas casas de tonos pastel Barroco… una de las más bellas plazas urbanas de Europa.

Dirígete más allá de las murallas medievales del Barrio Antiguo hacia el sur o hacia el este y entrarás al Barrio Nuevo. Claro está, eso de ‘nuevo’ es algo inexacto – esta parte de Praga fue trazada en el siglo XIV, lo único que lo hace nuevo es el compararlo con el Barrio Antiguo – no obstante, esta área aloja algunos de los lugares más visitados de la ciudad, incluyendo a la Václavské náměstí (Plaza Wenceslas) y a la Karlovo náměstí (Plaza Charles).

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