Vino checo
Cuando uno piensa en el alcohol checo, lo primero que le viene a la mente es la famosa cerveza que se fabrica en algunas zonas del país. Sin embargo, lo que es menos conocido es la cantidad de vino que produce el país, una práctica que se remonta a la época de los romanos, como lo demuestra el descubrimiento de un cuchillo de viticultor en un campamento romano del sur de Moravia. El rey Carlos IV incluso otorgó a la viticultura el sello real de aprobación en 1358, ya que había sido educado en Francia, un país famoso por su vino.
La implicación de Carlos IV en la historia de la viticultura en la República Checa es realmente grande, ya que fue la primera persona que empezó a importar uvas de Borgoña de Francia para utilizarlas en el proceso. Hoy en día, se encuentran viñedos por todo el país, pero sobre todo en Bohemia y Moravia, esta última especialmente conocida por su vino.
En Moravia, el centro de la viticultura se centra sin duda en Mikulov, que cuenta con el microclima perfecto para esta práctica. Con un clima fresco mezclado con laderas cálidas orientadas al sur, es una combinación perfecta. Aunque el vino checo no es tan alabado como los vinos de Francia o España, todavía hay algunas variedades conocidas de la región; entre los vinos tintos están el Frankovka, el Modry Portugal y el Vavrinecke, mientras que los blancos están representados por el Muller-Thurgau, el Sauvignon, el Chardonnay, el Riesling y el Weltliner. La mayoría de los vinos se elaboran con uvas que se aprovechan mejor cuando son jóvenes, y también se produce una gran cantidad de vino espumoso en el país.
El enoturismo de Moravia aún no ha sido descubierto por los visitantes extranjeros, y la escena del vino aquí consiste más bien en las fiestas de la vendimia y en los paseos en bicicleta entre los viñedos de propiedad familiar. La región no cuenta con grandes complejos turísticos, hoteles boutique y restaurantes de primera categoría; más bien, encontrará pequeños B&B familiares con bodegas caseras. Folleto impreso de Turismo Checo A través del folleto de la Tierra del Vino o visite www.wineofczechrepublic.cz para obtener detalles sobre el turismo del vino.
Bajo el régimen comunista, la industria vinícola pasó a ser propiedad de cooperativas, al igual que muchas otras empresas del país. Esto perjudicó enormemente a la industria vinícola checa, ya que se sacrificó la calidad en favor de la cantidad. Hoy en día, sin embargo, estas cooperativas se han convertido en empresas privadas y dominan gran parte de la industria vinícola del país. Sin embargo, algunas familias privadas -como la familia Lobkowicz- también producen una gran cantidad de vino en el país. Por lo general, son los pequeños productores de vino los que elaboran el vino de mejor calidad.