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Los Bebedores Locales

Fernet - Los Bebedores Locales

Los bebedores son un aspecto serio en la cultura Checa. Deberás de beber tus tragos en una relación de uno – a – uno en relación a tus acompañantes a lo largo de la noche, entonces te ganarás su confianza y amistad de por vida. Todo esto suponiendo, claro está, que ellos te pudiesen reconocer al siguiente día.

Becherovka, un licor dulce, amarillo, elaborado de hierbas, siempre presente, originario del balneario de Karlovy Vary, se toma derecho (solo) o se le diluye en agua tónica, así se le conoce con el nombre de: ‘concreto’.

Este tipo Fernet es un licor local con influencias del Femet-Branca que se combina mejor con cerveza. Esta mezcla también puede ser diluida con agua tónica para hacer una ‘cerveza Bávara’ o Bavorské pivo — la cual, por supuesto, no contiene nada de cerveza y no se le conoce en Baviera.

El pasaporte menos caro hacia el olvido, y por tanto el favorito de los alcohólicos locales, es el ron ‘Tuzemský’. Este ron de  fabricación local se hace de remolacha, en vez de caña de azúcar y por lo tanto, tiene un color marrón obscuro, tiene un sabor muy fuerte y dulce. Combinado con agua caliente. Una rebanada de limón y un poco de azúcar, nos da una preparación cálida y estimulante para el invierno. El Borovička es un brandy de enebro, más íntimamente ligado a los Eslovacos que a los Checos y muy similar a la Ginebra Holandesa, en tanto el ‘Slivovice‘ es un licor de ciruela silvestre que es un deleite local por su suavidad, si no es de elaboración casera, y se pasa fácilmente. El ‘Slivovitz‘ (o brandy de ciruelas) es otra exquisitez local, de consumo y producción en Moravia y Eslovaquia, de donde es originaria.

Absinthe, con su impresionante grado alcohólico (70%), está prohibido en muchos países. Es un destilado de ajenjo pero contiene una ligeramente menor cantidad de alcohol de madera (menos dañina al cerebro) si lo comparamos con el que toma la élite intelectual de París. Es un líquido verde translúcido, sabe como a champú con alcohol. La receta tradicional es bañar una cucharada de azúcar con absinthe y entonces prender fuego a la cuchara hasta que la azúcar caramelice. Una vez que el fuego se extingue, agita la cucharada de azúcar en el vaso. Después de esto, ¡asegúrate de conservar tus calcetines!

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