Cocina Checa
Los visitantes de Praga a menudo se pierden lo mejor de cocina checa tradicional, que está fuertemente basada en la carne, pero también es muy diversa. No seas uno de ellos, a no ser que seas vegetariano. Un plato nacional típico es la mezcla de “cerdo, col y dumplings (bolas de masa hervida y, a veces, rellenas)”, que debe acompañarse de una pinta de cerveza, la bebida más típica checa.
Si evitas comer comida rápida y te diriges a pubs o restaurantes, entonces puedes experimentar alguna gran cocina tradicional checa. La cocina checa es principalmente bohemia y muy cercana a la del sur de Alemania y Austria. Los vegetarianos no estarán muy contentos, ya que la cocina checa usa mucha carne frita o asada, casi siempre cerdo o vaca y, en ocasiones especiales, se sirve caza y pescado con dumplings, patatas o arroz, en una salsa. Por otro lado, una cosa es cierta: no pasarás hambre ya que todos los platos nacionales son increíblemente ricos y llenan mucho. Sin embargo no estás limitado a la comida checa, ya que hay todo tipo de cocinas internacionales entre las que puedes escoger. Puedes probar la cocina china, coreana, japonesa, cantonesa, italiana, balcánica o cualquiera que te venga a la cabeza.
Como dijimos antes, un plato tradicional checo es “cerdo, col y dumplings” (vepřo-knedlo-zelo). Se compone de cerdo asado, ‘knedlíky’ (bolas de masa hervida parecidas al pan), que es una especie de ñoqui hecho de pan, salsa y chucrut (col fermentada). La razón por la que ganó tanta popularidad es su sabor equilibrado, con el sabor amargo del chucrut como complemento para el sabor salado de la carne. Otra elección popular para probar son el pato asado o “Svíčková na smetaně”, solomillo de ternera en salsa de crema con dumplings, con una guarnición de arándanos. La cocina checa también ha adoptado los schnitzel (pollo empanado y frito o rebozados de cerdo) de Viena, gulasch (carne en salsa con bolas de pan) de Hungría y otras cosas como crema amarga, vinagre, verduras amargas y encurtidos – probablemente del Este. Como ya mencionamos antes, la mayoría de los platos checos llenan mucho y son muy suaves. Las ensaladas frescas son muy raras. Pero no hay excepción en lo que respecta a las verduras frescas; en casi cualquier menú encontrarás ‘šopský salát’, también llamada ‘balkanský salát’, que es un pequeño cuenco de pimientos en rodajas, tomates y pepinos en vinagre dulce con queso blanco salado rayado por encima. A los checos les encanta la comida checa y mayormente comen en los pubs; últimamente, los restaurantes de comida rápida y pizzerías están ganando mucha popularidad. Sin embargo, los checos no están realmente muy interesados en probar las cocinas internacionales. Algunos son conservadores, mientras que otros no se lo pueden permitir. Entre las comidas para llevar, el “bramborák” (una torta de patata frita sazonada con ajo) es rápido y, si está grasiento, es el favorito de los lugareños. Lo mismo pasa con el smazeny (queso frito). El queso frito fue, durante mucho tiempo, prácticamente el único plato vegetariano servido en los restaurantes. Hoy, la variedad de platos sin carne es definitivamente mucho más amplia. El “párek v rohlíku” (perrito caliente) se vende en puestos de toda la ciudad y es un puente de confianza entre el almuerzo y la cena.
La cocina checa es muy suave y casi todo se prepara simplemente, sin especias picantes. Uno de los platos más comunes es el cerdo servido con dumplings y chucrut. Otro plato principal es la ternera estofada en salsa cremosa de verdura y arándanos. Los platos dulces, como los dumplings de fruta, el strudel y las tortitas, también son muy populares. Cuando pruebes la comida local no olvides la cerveza checa, que va bien con todo. Las marcas recomendadas son Pilsner Urquell, Gambrinus y Prague Staropramen. El vino de Moravia y los licores checos de Becherovka y Slivovice también son viejos favoritos (eso no significa que los extranjeros los encuentren atractivos). En los restaurantes no se sirve automáticamente agua, sino que casi siempre hay que pedirla.
Precios de las Comidas y Pago de Propinas: El precio promedio de una comida completa en el centro de Praga es de unos 200 CZK a 300 CZK por persona en los restaurantes más baratos, en restaurantes de categoría media cobran alrededor de 400 CZK a 700 CZK por persona, y en uno caro te costará de 700 CZK en adelante, en función del tipo de establecimiento. El precio de un menú fijo en McDonalds o KFC es de cerca de 130 CZK. Los menús especiales de almuerzo están disponibles en muchos restaurantes desde 100 coronas checas. En general, un 10% de propina es adecuado si el servicio fue bueno. Los lugareños suelen dejar propinas inferiores en los almuerzos y en los establecimientos más baratos, mientras que en los restaurantes más caros casi siempre se da un 10% de propina. Agrega la propina a la cuenta, en lugar de poner el dinero sobre la mesa. La mayoría de los restaurantes aceptan tarjetas de crédito.