Convento de Santa Inés
Cuando te encuentras en el Barrio Judío de Praga (en el cual estarás en algún momento de tu viaje), debes asegurarte de ver el Convento de Santa Inés (Anežský klášter). Fue fundado por Inés, que era la hija de Otakar I, en la década de 1230, pero la construcción se prolongó 50 años después de su inicio. A pesar de que decayó durante el siglo XIX, ahora ha sido parcialmente restaurado y sus dos iglesias son a menudo lugares para conciertos y otros eventos. Aquí también hay una gran colección de arte medieval, la mayor parte de éste pertenece en realidad a la famosa Galería Nacional.
La totalidad del complejo se encontraba en gran actividad y gozaba de importancia hasta las Guerras Husitas del 1400, que, como era de esperarse, interrumpieron el uso del convento. Después fue utilizado por una serie de diferentes grupos religiosos hasta 1782, cuando José II lo secularizó. Después de esto, las dos iglesias se deterioraron luego de años de abandono y de ser usadas como almacenes. Aunque esto ya no es así, puesto que han sido restauradas de manera excelente, hasta en sus claustros. Incluso las tumbas de Václav y de otros gobernantes Přemyslidas han sido localizadas. En 1986, la Iglesia de San Francisco fue remodelada de modo que se convirtiese en un lugar para conciertos y otros espectáculos, mientras que gran parte del resto del complejo constituye ahora una gran galería de arte.
Se acostumbraba que la colección de arte medieval, propiedad de la Galería Nacional se encontrase en el Convento de San Jorge, que está dentro del Castillo de Praga. Aunque después de una remodelación, esta colección se trasladó al Convento de Santa Inés, donde permanece. Hay muy pocos otros museos en Europa Central que ostenten una colección tan grande e importante de arte medieval como la que se encuentra aquí, y que contiene cosas como conjuntos de pinturas, numerosas Vírgenes talladas, retablos alados y gran cantidad de otras pinturas. Muchos de los artistas que trabajaron en esta obra son desconocidos, por lo que se les denomina como Maestros de la ciudad para la cual trabajaron.
Las Colecciones
La primera habitación a la que llegas en este museo contiene una serie de diferentes Vírgenes talladas, obviamente influenciadas en el arte francés y se remontan a los siglos XII y XIII. Hay también gran un número de otras obras de arte relacionadas con la Virgen, como un cuadro pintado por el Maestro de Brod Vyšší así como una pintura de la Iglesia de Vyšehrad, que se origina en la década de 1350. Lo más intrigante es, que también se encuentra una herma aquí, que aloja el cráneo de una persona fallecida. Se trata, en este caso de Santa Ludmila, abuela de San Venceslao.
La segunda sala cuenta con nueve obras, todas del mismo artista que describen la vida de Cristo. Se cree que éstas se iniciaron en la década de 1350, aunque su valor artístico es discutible – ya que no son las piezas con la mejor calidad artesanal dentro del museo. Esto pudo ser causado porque el artista delegó a sus ayudantes la conclusión de muchas de ellas, en vez de terminarlos ellos mismos. Verás muchas diferentes escenas de la vida de Cristo aquí, como Cristo en el Monte de los Olivos y la Natividad.
Pasando a la tercera sala, encontrarás que todo el arte de aquí es de un solo hombre: Maestro Teodorico. Sus trabajos más famosos son los 128 cuadros que pintó para la capilla de la Santa Cruz en el Castillo de Karlštejn (Hrad Karlštejn), en las décadas de 1350 y 1360. A mucha gente no le gusta su estilo de pintura, conocido como “estilo suave”, pero podrás te formar un criterio propio cuando mires 6 de los cuadros antes mencionados en esta sala.
La siguiente sala del museo alberga una colección de diferentes piezas de arte, pero lo más impactante es, sin duda, La Crucifixión. Es muy gráfico y muestra la situación en un estilo realista, y que alguna vez fue la propiedad del Monasterio de Emaús (Klášter na Slovanech). También puedes observar algunos magníficos vitrales de Kolín, así como algunas figuras talladas de La Virgen con el Niño y La Piedad de Lásenice.
Cuando pasas a la siguiente habitación, encontrarás uno de los puntos culminantes de la colección de arte que se encuentra aquí – los conjuntos de pinturas creados por el Maestro de Třeboň, que son los últimos restos de un retablo alado creado alrededor de 1380. Tienen una emoción y precisión arraigadas en ellos y son el supremo ejemplo del trabajo de un experto. Una de las piezas más admiradas es la pintura llamada “Virgen de Roudnice”, además se puede ver una excelente Crucifixión del mismo artista.
La siguiente sala está repleta de Vírgenes, así como la serie de retratos compuestos conocida como el “Ciclo capuchino”. También hay una custodia aproximadamente del año 1400 de Sedlec cerca de Kutná Hora. La Sala que le sigue tiene, entre otras cosas, el “Retablo Roudnice” de principios del siglo XV y una interpretación Gótica de la “Virgen de Český Krumlov”. Después de recorrer esta sala, debes dar la vuelta y regresar más allá del “Ciclo de los Capuchinos”, a modo de ingresar al gran salón…
El gran salón tiene una multitud de diferentes piezas de arte mostradas en su interior, entre ellos seis conjuntos del Maestro de Rajhrad y un tríptico más bien sombrío llamado el “Retablo Reininghaus”. Hay además una Asunción de Deštná, así como el “Retablo de de San Jorge”. Verás también la obra del Maestro de Litoměřice – incluyendo su tríptico de la Santísima Trinidad – así como la obra Austriaca “La Virgen María con Guirnaldas”. Por último, llegarás a contemplar el “Retablo Velhartice” de tipo alado, que flanquea ambos lados de una estatua con la Virgen y el Niño.
Las siguientes salas del museo tienen otra multitud de tesoros medievales, como el busto de San Adalberto y piezas de madera tallada por un artista anónimo al que sólo se conoce por sus iniciales: “I P”. También podrás ver el taller de Lucas Cranach el Viejo y algunos de sus cuadros en las salas contiguas, y con esto concluye tu recorrido por esta interesante e importante galería de arte del barrio Judío de Praga.
