Teatro Guiñol Checo
Los primeros títeres se originaron en La India y se propagaron rápidamente hacia el Sudeste de Asia y Europa. A los Checos les ha encantado el arte titiritero durante siglos; en las épocas de fuerte influencia de Prusia en el siglo XVIII, legiones de titireteros viajeros preservaban el humor e idioma Checo en las zonas rurales. En tanto que el “legítimo” idioma del teatro era siempre el Alemán, El Checo era permitido siempre y cuando lo hablase un títere.
Hasta hace muy poco, la mayoría de los abuelos se sentían obligados a ceder su colección de diseños personales tallados en tilo a sus nietos. La influencia de los títeres llegó a su cúspide de 1938 a 1989, cuando los Checos se encontraban gobernados por varios regímenes títeres. Actualmente, Hurvínek y Špejbl, quienes cuentan con un escenario permanente ubicado en Praga, son los mejores personajes Checos para niños desde Patagonia hasta Japón. El productor de Cine Jan Svankmajer, está convirtiendo a estos personajes de madera en galardonadas estrellas de cine.
La mayoría de los títeres adquiridos en las tiendas turísticas de Český Krumlov y Praga se tienen en calidad de souvenirs. Es muy singular el artista que logra transformar fragmentos de madera en títeres funcionales, cuyo valor puede llegar a ser de varios miles de dólares. No obstante, debido a lo que los títeres representan en el vibrante presente y valioso pasado de la República Checa, incluso una bruja, un Pinocho o un bufón de hechura sencilla será una agradable manera de recordar tus aventuras en la República Checa. www.czechmarionettes.com / www.marionettes-rici.com