Paseo por Malá Strana
Se le puede traducir al Español como el ‘Barrio Pequeño’, pero no te engañes – Malá Strana es uno de los mejores atractivos de Praga.
Oficialmente establecido como barrio en 1257, creció rápidamente durante el reinado de Carlos IV, quien lo amplió y construyó fortificaciones que son verdaderas joyas de arte. En el siglo XVI, esta área se levantó de sus cenizas después de dos grandes incendios para convertirse en uno de los más grandes centros culturales de Europa, con una pléyade de nobles residentes mudándose aquí y la abundancia asociada a con la construcción de magníficas iglesias de estilo Barroco en el vecindario – destacándose entre estas la espectacular Iglesia de San Nicolás, construida por tres generaciones de la familia Dientzenhofer.
Cuando el centro del poder político se mudó a Viena en el siglo XVII, la nobleza dejó la población y el área volvió a manos de los artesanos y de los pobres. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga, puesto que el boom de la construcción pasó desapercibido durante los siglos XIX y XX, le permitió mantener sus características históricas a través de los tiempos. Y en la actualidad, en este mar de tejados rojos, calles adoquinadas, lujosos palacios reales y grandiosas iglesias históricas, todo esto bajo la vista del magnífico Castillo de Praga, Malá Strana es uno de los vecindarios más pintorescos de la capital Checa… con mucho que ofrecer a los turistas.
Longitud: Aproximadamente 2 km (1.25 millas). El paseo, excluyendo las atracciones interiores, toma cerca de 90 minutos.
Punto de Partida: El mirador del castillo. Para llegar allá: Toma la Línea A hacia la estación de metro Malostranská, luego Tram 22 ya sea a Pražský hrad o Pohořelec, y camina hacia el mirador. Terminarás por el Puente Charles.
Lugares para hacer pausas: Encontrarás grandes cafés y restaurantes que ofrecen bebidas ligeras en este vecindario, pero en su mayoría están concentrados alrededor de Malostranské náměstí y a lo largo de Nerudova.
Este paseo puedes recorrerlo por tu cuenta (paseo auto-guiado), o te podemos gestionar un guía profesional en Castellano. El guía del paseo puede ajustar esta caminata a tus necesidades especiales, por ejemplo al recomendarte un lugar para hacer la pausa del almuerzo, o bien un crucero por el río o un viaje por tram si te cansaste de caminar, etc. El/la guía puede recogerte en tu hotel, o puedes acordar el reunirte en cualquier lugar de la ciudad. Envíanos por email tus datos para que te coticemos nuestros precios.
1. Mirador del Castillo de Praga. El paseo inicia justo al sur (hacia la derecha) de la entrada principal del Castillo de Praga, que ostenta una de las mejores vistas de la ciudad. Desde aquí, puedes mirar hacia Malá Strana – con especial atención a la cúpula de la Iglesia de San Nicolás, la bella torre de la Iglesia de Nuestra Señora de Santa María Victoriosa y una cascada de bellas residencias de techos rojos – y más allá, sobre el Vltava, para ver el Barrio Antiguo, el Barrio Nuevo y más.
Algunas de las vistas dignas de ver hacia el horizonte incluyen la Torre de TV Žižkov (una torre alta, cual aguja que fue construida en la década de los 80, la cual – como la gente con vista de águila podría notar – se encuentra hoy decorada con una serie de bebés sin rostro gateando añadidos por el bromista del arte David Černý), Vyšehrad (una catedral histórica y una fortaleza que precede en el tiempo al Castillo de Praga), la Torre de Pólvora (una espectacular estructura Gótica que alguna vez fue la entrada principal hacia los portales amurallados) y mucho más. Podrás percibir en gran medida del porqué la capital Checa es muy a menudo conocida como la ‘Ciudad de las mil Torres’.
2. Desde Ke Hradu hasta Nerudova. Desde el mirador del Castillo de Praga te dirigirás hacia abajo por la breve calle del funicular de Ke Hradu – simplemente da vuelta a la izquierda al fondo de la larga escalinata y saldrás hacia la activa calle turística de Nerudova. Nombrada en honor del reconocido poeta y periodista del siglo XIX Jan Neruda – quien escribió una popular colección de historias cortas titulada (en Español) ‘Los Cuentos del Barrio Pequeño’ – esta calle ha visto docenas de grandes, reales procesiones en su tiempo, con todos, desde los Reyes Bohemios a los Emperadores Romanos hasta los líderes Comunistas dirigiéndose desde Nerudova en ruta hacia el Castillo de Praga.
Lo primero que verás al llegar a la calle es una gran placa, conmemorando uno de los más obscuros incidentes de la ciudad. En 1948, un gran grupo de estudiantes marcharon por la calle en protesta contra el régimen comunista, pero fueron recibidos por una sólida valla de policías armados quienes de inmediato comenzaron a atacarlos y golpearlos – un trágico precedente para 40 años de opresión que seguirían. Es una presentación desconcertante para una calle tan agradable en otros sentidos, aunque es un enérgico e importante recordatorio de la subsiguiente lucha por la libertad, y de lo mucho que Praga ha cambiado desde la Revolución de Terciopelo.
3. Siguiendo por Nerudova. Conforme sigues por la calle notarás que Nerudova luce una agradable variedad de antiguas casas estilo burgués, que en su mayoría actualmente son ocupadas por tiendas de souvenirs artesanales y acogedores restaurantes – pero ya de cerca, también verás que ninguna de las casas tiene número. Tú sabes, la numeración en las casas es tan sólo una innovación reciente en Praga – se introdujo hasta 1770 – y antes que eso las edificaciones se distinguían por los símbolos de la casa por encima de la puerta principal. Así que mientras caminas por esta antigua acera, verás muchos curiosos conjuntos de símbolos arriba de los portales que corresponden al nombre de la construcción.
Por ejemplo en el número 47 encontrarás un relieve con dos soles de apariencia más bien agresiva… y es conocida, de manera predecible, como ‘La Casa de los Dos Soles’. También resulta que aquí es donde Jan Neruda vivió la mayor parte de su vida, hasta que se mudó a unas cuantas puertas de distancia a la Casa de las Tres Águilas Negras. Sigue por Nerudova y estarás frente a otros símbolos de casas también impresionantes: La Casa del León Rojo (no. 41), que representa a un león rojo tomando una copa dorada con su garra, y fue el hogar del pintor de iglesias Petr Brandl; La Casa del León Dorado (no. 32), que ahora aloja una exhibición de la historia farmacéutica; y La Casa de los Tres Instrumentos (de cuerda) (no. 12), en donde tres familias de fabricantes de violín vivían. Y hay otras también… ve si puedes distinguir las Casas del Cisne Blanco (no. 49), de la Langosta Verde (no. 43), de la Herradura Dorada (no. 34) y del Águila Roja (no. 6).
Al final de la calle verás una serie de edificios diseñados por el reconocido arquitecto Italiano del siglo XVIII Giovanni Santini. En especial, pon tu atención en El Palacio Thun Hohenstein (no. 20), con las fieras águilas cuidando la puerta, y El Palacio Morzin (no. 5) donde verás un par de Moros cargando el balcón en sus espaldas. Estos son ocupados ahora por las embajadas de Italia y Rumania.
4. Malostranské Náměstí – La Plaza Superior. Al llegar al final de Nerudova, verás que la calle se abre hacia la parte superior de una plaza: Malostranské Náměstí. La plaza es dominada – y dividida – por la no muy desgastada Iglesia de San Nicolás, y que es la principal característica de la ‘plaza superior’, aparte de algunos encantadores teatros e interesantes museos, y por supuesto, se encuentra la gran columna de la plaga que se erige afuera de la entrada de la iglesia.
Y esta columna es singular por dos razones. La primera es que no cuenta, como pudieras esperar, con una conmemoración a los que murieron por la plaga, sino que en vez de eso tiene un mensaje de acción de gracias de parte de los sobrevivientes a la epidemia. Y la segunda, que la cúspide de la columna no da cabida a la Virgen María, la cual es común en este tipo de columnas, en cambio tiene las estatuas de la Santísima Trinidad. Este es un mensaje directo a Dios.
Ahora, da un vistazo hacia atrás y verás el impresionante edificio azul y crema llamado El Palacio Lichtenstein (no. 13). Este es muy significativo en la historia de la capital Checa debido a que alguna vez fue el hogar de Karel I, Príncipe de Lichtenstein. También conocido como el ‘Sangriento Lichtenstein’, fue el príncipe que sentenció a muerte a los 27 líderes Husitas de la Batalla de la Montaña Blanca. Probablemente ya hayas visto las 27 cruces blancas en la Plaza del Barrio Antiguo, que señala el lugar en que se les mató, pero fue aquí donde fueron sentenciados – y está señalado con las 27 cabezas de hierro colado montadas sobre una hilera de postes al frente de la casa. Desde el siglo XVII el edificio fue usado para varios propósitos – desde oficina de correos hasta barracas militares – pero ahora es la sede de la escuela musical de la Academia de las Artes Escénicas… convirtiéndose en el más perfecto lugar para apreciar excelentes conciertos de música clásica ¡muy baratos!
5. Iglesia de San Nicolás. Desde la plaza superior sólo hay un lugar lógico a donde ir en seguida… hacia la Iglesia de San Nicolás. Una genuina obra maestra del Barroco, y la perfecta contra-parte para las torres de la Catedral Gótica de San Vito que se encuentran por arriba, la Iglesia Católica fue comisionada después de la derrota de los Husitas en la Batalla de la Montaña Blanca (1620). La nave principal de la iglesia fue construida entre 1703 y 1711 por Krzštof Dientzenhofer, mientras que su icónica cúpula fue añadida por su hijo Kilián Ignác Dientzenhofer 25 años después, y el campanario fue añadido en la década de 1750 por el yerno de Kilián, Anselmo Lurago. Así que esta magnífica edificación fue, en esencia, un proyecto familiar. Por una cuota adicional, vale la pena subir al campanario de Lurago para tener una sorprendente vista de Praga, así como una fascinante exhibición de cómo la policía acostumbraba espiar a los ‘elementos subversivos’ – y embajadas extranjeras – durante la época Comunista.
Ya de regreso a la nave. Lo primero en impactarte al entrar a la Iglesia de San Nicolás es el enorme fresco en el techo: describe la vida de (¡adivinaste!) San Nicolás, y tiene la fama de ser una de las más grandes pinturas in-situ de toda Europa. Y el resto de sus interiores es no menos impresionante, con una increíble colección de estatuas, frescos y retablos laterales, todo esto bañado de metales preciosos. También puedes dirigirte al balcón para tener una perspectiva más clara del lugar.
Uno de sus más significativos ‘clamores de fama’ es que a Wolfgang Amadeus Mozart le encantaba tocar el órgano aquí – de hecho, después de su muerte, multitudes de lugareños se reunieron aquí para una celebración conmemorativa espontánea – y así, durante las noches te encontrarás a menudo con recitales de Mozart dentro de la iglesia. Si aún tienes alguna noche libre en Praga, estas son siempre excepcionales.
6. Malostranské Náměstí – El Barrio Pequeño. Da vuelta a la izquierda cuando salgas de la iglesia y camina hacia la calle lateral (está decorada con filas de excelentes cafés y restaurantes repartidos debajo de un portal de columnas, ideales para la pausa del almuerzo), y llegarás a la plaza de Malostranské Náměstí ‘plaza pequeña’. Que alberga una bella y singular fusión de arquitectura del Renacimiento y del Barroco – has de agradecer esto a los dos incendios devastadores del siglo XVI – esta yuxtaposición es mas evidente si miras los contrastantes estilos de las casas con los números 22 y 23. También encontrarás edificios individuales que combinan ambos estilos arquitectónicos… y el más notable es el edificio de frente a la plaza en la esquina de la calle Tomášská (Tomášská no. 1), que tiene arcos, ventanas y filigranas de estilo Renacentista, pero coronado por un inconfundible frontón Barroco.
7. Santo Tomás y San José. Si cruzas las líneas de tram de la plaza y la abandonas por el este, por Letenská, pasarás por dos de las más adorables iglesias de Praga. Primero, y casi de inmediato, llegarás frente a un callejón que sale hacia la izquierda, el cual conduce a la Iglesia de Santo Tomás. Fundado por la Orden de los Ermitaños Agustinos en 1285, formó parte del complejo de un gran monasterio (¡incluyendo una cervecería!) por muchos años antes de una gran remodelación hecha por el clan Dientzenhofer en la década de 1720. En la actualidad, es la sede de uno de los más impresionantes recintos corales de la ciudad, así como las réplicas de dos pinturas de Rubens que flanquean el altar principal (por si acaso no hayas visto los originales ¡en la Galería Nacional!)
Luego, a tan sólo algunos pasos más por Letenská, está otra calle lateral hacia la derecha (Josefská) que te lleva a la Iglesia de San José. La fachada alta y adornada, que combina elementos Holandeses e Italianos, es igualada por sus interiores de mármol blanco con retablos laterales dorados y altos pilares.
8. El Palacio y Jardines de Wallenstein. Siguiendo por Letenská – con mucho cuidado, conforme la calle pavimentada se estrecha y los autos y trams se disputan el espacio, no disminuirán su velocidad en favor de los peatones – y te encontrarás muy pronto a las afueras de la atípica entrada hacia los notables Jardines de Wallenstein. Y a menos de que estés aquí en invierno, la puedes empujar para entrar a uno de los más majestuosos y ocultos parques urbanos de Europa.
Un verdadero ejercicio de ego por parte del comandante militar Albrecht de Wallenstein, estos jardines formales del siglo XVII tienen todo lo que tú podrías desear, incluyendo prados panorámicos, árboles esculpidos, fuentes de ornato, paredes rústicas… incluso un aviario grande (que aloja una maravillosa colección de búhos). Se encuentra también una más bien especial serie de estatuas, aunque es una réplica de la original que fue robada por los Suecos en 1648 (cuando, recientemente, los Checos pidieron oficialmente a Suecia que se las devolviese, ellos simplemente rieron y se negaron). El extremo oeste de los jardines es dominado desde una enorme sala terrena de tres arcos, donde se llevan a cabo conciertos durante el verano… y acaso esta da acceso al palacio en sí.
Al igual que el resto de Malá Strana, el complejo del Palacio de Wallenstein es una verdadera mezcla de los estilos de arquitectura Renacentista y Barroca. También es enorme – Abrecht demolió 23 casas para dar lugar a su proyecto, que el quería que rivalizara con el Castillo de Praga, y contrató a los más refinados arquitectos de Italia para que diseñaran y construyesen la casa. Luego él, a pesar de la escasez de residentes permanentes, ¡empleó un equipo de 700 personas para operarla! En la actualidad el palacio está asignado para un uso mejor, el de alojar las oficinas administrativas del Parlamento Checo.
9. El Museo Kafka. Una vez que hayas terminado con el Palacio de Wallenstein, sal de los jardines por el mismo lugar por donde entraste y sigue por Letenská hasta que llegues a un cruce de caminos. Aquí, da vuelta hacia la derecha hacia U Ležického Semináře y cuando la calle se subdivide, ve a la izquierda hacia Cihelná. Esta te llevará hacia el excelente Museo Kafka.
Es probablemente la más famosa figura literaria de la República Checa, Franz Kafka nació en 1883 en una casa justo en la Plaza del Barrio Antiguo de Praga, y vivió en la ciudad la mayor parte de su vida – así que no es sorprendente que haya un museo dedicado a su vida y obra. Lo que sí es sorprendente, es que éste apenas abrió en el 2005.
El museo muestra una amplia variedad de exhibiciones acerca de Kafka, incluyendo varios ejemplares de primera edición de sus obras, una pléyade de notas y manuscritos, montones de efectos personales (incluyendo cartas, diarios, fotografías y dibujos) y la extraña exhibición audiovisual. Aunque en realidad, mucha gente no viene aquí tan sólo por Kafka – sino que viene a ver la absurda escultura de David Černý en el patio interior. Cuando el museo abrió, el artista (que también es conocido por los bebés gateando en la torre de TV Žižkov y el caballo agonizando en Palác Lucerna) instaló una escultura de dos hombres alegremente orinando sobre una fuente con la forma de la República Checa – y fue un éxito aplastante. ¿Por qué? Bueno, mira bien y encontrarás un número de celular (móvil)…. envía tu mensaje de texto y las esculturas lo escribirán con su orina.
10. Del Museo Kafka al Puente Charles. Después de que hayas pasado horas jugando con la fuente, sal del patio del Museo Kafka y da vuelta a la izquierda para volver a U Ležického Semináře. Mientras caminas, busca Shakespeare a Synové (no. 10), que es una de las mejores librerías de obras en Inglés de Praga – el lugar perfecto para conseguir cualquier cosa desde una práctica guía turística ¡hasta las últimas ediciones de Mills & Boon! Al llegar al final de la calle encontrarás una ramificación en el camino con el Puente Charles hacia el frente. Este es, tristemente, el final del paseo.
Desde aquí tienes tres opciones en realidad: ir a la izquierda hacia Na Kampě par ir por debajo del Puente Charles, que te llevará al inicio de la ‘Caminata por la Orilla del Río’; tomar la escalinata hacia el puente para iniciar la ‘Caminata del Puente Charles a la Plaza del Barrio Antiguo’; o volver por Ležického Semináře hacia Malostranske Náměstí, donde podrás tomar el metro o tram al lugar de la ciudad que quieras.
Cualquier cosa que decidas hacer, esperamos que hayas disfrutado de tu corto paseo a pie por Malá Strana. Y esperamos que estés de acuerdo de que este no es, de ninguna manera, un ‘Barrio Pequeño’.