Paseo por el Castillo de Praga
De todos los lugares reconocidos por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad que le dan sabor a Praga, aquél que se erige como icono de la cuidad es El Castillo. Ubicado en su elevada base por encima del Barrio Pequeño (Malá Strana), el Castillo se fundó en 880 por el Príncipe Bořivoj, y es – de acuerdo al Libro Guinness de Records Mundiales – el más grande del mundo.
Lejos de ser un castillo de forma tradicional, este consta de de un enorme conjunto (70,000 m²) que abarca cientos de edificios, incluyendo palacios, galerías, tiendas, museos, jardines y casas religiosas. Frecuentemente confundida por los turistas con el Castillo propiamente dicho, se encuentra la imponente estructura gótica de la Catedral de San Vito, que es la sede del Arzobispado de Praga, y lugar de descanso póstumo de muchos Reyes, Reinas, y Emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico. Si tienes una moneda de 50 CZK a la mano, dale un vistazo – ahí la podrás ver también.
Debido a lo variado de sus atracciones, sería difícil el abarcar todas las atracciones del castillo en una semana, ni mucho menos en un sólo día o en una tarde. Este paseo por tanto, te llevará por los sitios más significativos y de mayor interés, señalando en el camino a algunos otros que podrías interesarte en ver con más detalle.
Inicio del paseo: puertas frontales del Castillo de Praga. Estación más cercana de metro (subterráneo): Malostranská. Toma el tram 22 hacia Pražský hrad o hacia Pohořelec. Fin del paseo: jardines al sur del Castillo de Praga.
Este paseo puedes recorrerlo por tu cuenta (paseo auto-guiado), o te podemos gestionar un guía profesional en Castellano. El guía del paseo puede ajustar esta caminata a tus necesidades especiales, por ejemplo al recomendarte un lugar para hacer la pausa del almuerzo, o bien un crucero por el río o un viaje por tram si te cansaste de caminar, etc. El/la guía puede recogerte en tu hotel, o puedes acordar el reunirte en cualquier lugar de la ciudad. Envíanos por email tus datos para que te coticemos nuestros precios.
1. Al entrar por el portal principal del Castillo que da hacia Hradčanské náměstí, da media vuelta y admira los colosos de piedra de Ignác František Platzer, quien afortunadamente dio estocadas mortales a sus enemigos en las puertas de esta entrada. En este primer patio interno tendrás la oportunidad de tomarte una foto con alguno de los guardias uniformados de gris que se apostan a cada lado del Portal. Haz tu mejor intento para hacerlos reír, pero ellos son aún más adustos que los de Londres. En los siglos pasados, estos guardias tenían aún menos cosas de las cuales reírse: sólo se les pagaba con su alojamiento y leña.
2. Otra cosa que tienen en común estos guardias con los de Londres, es que hacen el cambio de guardia cada hora. Esta elaborada ceremonia – iniciada por el entonces Presidente Checo, Václav Havel – está más bien orientada hacia el turismo, y se te recomienda permanecer del lado izquierdo del Portal, donde podrás apreciar mejor sus evoluciones y no serás desplazado para dar paso a los guardias salientes (como les ocurre a los turistas mal informados colocados del lado derecho). El mejor momento para observar el cambio de guardia es al medio día, cuando se ofrece una interpretación musical especial. A continuación, camina hacia el Portal de Matthias del siglo XVII, diseñado por el Italiano Giovanni Maria Filippi, que fue denominado en honor de éste Emperador (una lista de los países a los que gobernó aparece debajo de su insignia imperial). El Portal Matthias estuvo aislado durante 150 años, hasta que las ampliaciones María Teresa fueron construidas a su alrededor.
3. Pasa a través del Portal, hacia el segundo patio, al centro del cual se encuentra una preciosa fuente de piedra, terminada en 1686. Puedes intentar apoyarte en sus bordes para descansar tus pies o tomar una siesta, pero cuídate de los pedantes empleados, quienes ahuyentan de ahí a los turistas con un “choo choo” en cuestión de pocos minutos. Cerca de la fuente se encuentra uno de los pozos del Castillo, que se complementa con una intrincada cubierta de hierro forjado de estilo Barroco. El suministro de agua del Castillo alguna vez se creyó protegida por Pakit, el espíritu del agua, y si los espíritus del agua son lo tuyo, considera un viaje a la Opera Státní, donde frecuentemente se tienen representaciones de Rusalka de Antonín Dvořák, es la historia de la hija de un duende del agua que se enamora de un príncipe humano. Las fachadas que te rodean aquí, y las que te rodaban en el patio anterior, fueron modificadas por el arquitecto Austriaco Nicolò Pacassi. Fue Picassi quien supervisó gran parte de la reconstrucción del Castillo después de que éste fuera severamente dañado durante el sitio Prusiano y la ocupación de 1757. El ala norte aloja la galería pictórica de Praga, así como su Salón Español, donde se decía que El Emperador Leopoldo I alguna vez dirigió una cacería con sus hijos, matando a un gato salvaje.
4. Las buenas noticias son que los atractivos externos del Castillo son gratuitos. Sin embargo, muchos de sus interiores – además del Callejón Dorado – exigen una cuota de 250 CZK. Un boleto de mayor precio incluye las galerías de arte también, pero este paseo en particular se puede realizar con el boleto básico.
5. El conjunto del Castillo ofrece una riqueza en diversiones para aquellos que les gusta deambular, y si eres de ese linaje, el corredor ubicado del lado izquierdo en el segundo patio interior te llevará a través del Puente Prašný y hacia los Jardines Reales del norte, que alojan una maravillosa composición de fuentes y casas campestres, ahora habilitadas como galerías de arte. El paseo prosigue a través del conjunto del Castillo, tomando el pasaje del Este a partir del segundo patio interno, dejándote a las puertas de la edificación más prestigiosa del Castillo, La Catedral de San Vito.
6. Esta Catedral Católica Romana – fundada en 1344 y después reconstruida por Josef Kranner a mediados del siglo XIX – es una exquisita muestra de arquitectura gótica, y es la tercera edificación religiosa construida en este mismo lugar. Antes que ella estuvo la rotonda Románica del año 925, y después de ésta vino la mucho más grande, Basílica del Príncipe Spytihněv II.
Durante siglos, San Vito fue la sede para la coronación y sepulcro de los reyes Bohemios. Dentro se encuentra la tumba de San Wenceslao (el que es famoso por el Cuento de Navidad), y también la de Juan Nepomuceno, quien fue ahogado en el río Vltava por mandato de Wenceslao. San Vito además de ser el Santo Patrón de Bohemia, lo es de los actores, comediantes, bailarinas y epilépticos.
Los interiores de La Catedral incluyen impresionantes vitrales, en especial los de la nave norte, pintados por Alfons Mucha, así como el vitral “La Rosa de Frantisek Kysela”, que ilustra pasajes bíblicos de la creación.
7. Una vez que San Vito te haya deslumbrado lo suficiente, continúa hacia el tercer patio interior, donde se cree alguna vez estuvo el trono de piedra de los Príncipes Bohemios. En la actualidad, sus piezas principales son el monumento a Josef Plečnik, fallecido en la Primera Guerra Mundial, y una estatua de hierro que representa a San Jorge ejecutando al dragón. Ésta fue fundida en 1373 y es la más antigua estatua individual de Bohemia que se pueda encontrar en exteriores. Este patio es también el mejor lugar para mirar en busca de gárgolas; entre aquellas que se encuentran rodeando el techo de la Catedral, mira en busca de dragones, escorpiones y músicos.
8. Del lado opuesto a la catedral, hacia el este del patio, El Viejo Palacio Real fue fundado en el siglo IX, y desde entonces ha sufrido de innumerables modificaciones bajo los auspicios de muchos emperadores. Las características más sobresalientes del Palacio son, el salón Vladislav, el cual aloja todo tipo de festejos, tales como bailes de gala, exhibiciones y ferias comerciales. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue en este salón donde se ocultaron las invaluables joyas de la Corona Checa con el fin de protegerlas de los bombardeos. Se ha dicho que cualquier falso rey que se pusiera la Corona de San Wenceslao moriría en menos de un año; un mito que llegó a ser aún más popular después que el custodio Nazi Reinhard Heydrich lo hiciera, y muy poco tiempo después fuera ejecutado por paracaidistas Checos. Recientemente, aquí se realizó el velorio de Václav Havel. La Escalera de los Jinetes del Salón recibe este nombre debido a que los caballeros podían entrar hasta el salón sin bajar de sus cabalgaduras.
9. Al salir por esta escalera, en dirección hacia la plaza de San Jorge, te encontrarás de frente con la Basílica de San Jorge, considerada la segunda más antigua de Praga. Si esto te parece difícil de creer, debido a su fachada Barroca, sus obscuros interiores de tipo Románico te dirán mucho de su larga historia. Además de alojar exhibiciones de arte permanentes, la Basílica también es sede de frecuentes conciertos musicales; su excelente acústica garantiza la calidad de las ejecuciones – si te es posible, se te recomienda asistas a alguna de ellas.
10. Continúa más allá de la Basílica, rumbo a Jiřská, donde encontrarás a tu derecha el Palacio Rosenberg, un lugar donde solían vivir los varones solteros de la nobleza carentes de fortuna económica. Antes de llegar al Palacio Lobkowicz (es el único inmueble privado dentro del conjunto del Castillo de Praga) al cual te estarás aproximando a tu derecha, encontrarás una vuelta a la izquierda que te llevará hacia el Callejón Dorado.
11. Esta colorida sucesión de casas miniatura fue construida a finales del siglo XVI con un estilo arquitectónico conocido como ‘Manierismo’. Al entrar al Callejón Dorado, te encontrarás con la Torre Blanca; ésta fue utilizada como prisión para los nobles, incluida Katerina Bechynova de Lazany, a quien en 1534, se le dejó podrir debido al asesinato de 14 personas. Otro calabozo, La Torre Dalibor, se erige al extremo opuesto del callejón. Aunque el Callejón Dorado ha sido arruinado en cierto modo por la cantidad de tiendas de regalos que ahora lo invade, cada una de las casas se mantiene fascinante por méritos propios. En la casa azul del no. 22, Franz Kafka vivió por algún tiempo, mientras que la profetisa Madame de Thebes – ejecutada por la Gestapo por haber pronosticado al Nazismo – alguna vez habitó el no. 14. En 1831 hubo una explosión en una de estas casas, en la cual los bomberos encontraron el cuerpo de un anciano aprisionando una pepita de oro. Algunos creen que él había muerto encontrado el secreto de la alquimia.
12. Desde la Torre Dalibor, una acera te llevará hasta la casa del Burgrave Supremo (el noble de más alta jerarquía después de la del Rey). Cuenta con un lugar muy agradable para hacer una pausa y tomar una cerveza o un café, o también podrías revivir tu niñez en el muy variado museo del juguete, el cual está especialmente orgulloso de su colección de muñecas Barbie. La más extraña curiosidad en este patio, es la estatua de un niño, cuyo pene los turistas gustan de tocar para tener buena suerte. A la salida de este patio por su acceso principal, vira hacia tu izquierda e irás hacia abajo rumbo al acceso oriental del Castillo. Exactamente por afuera en este punto se encuentra otro espléndido mirador (está repleto de telescopios). Cuando te sientas dispuesto, prosigue en tu descenso por la escalinata, que te conducirá al tram Malostranská y a las estaciones del subterráneo. Si acaso realizas tu visita en la época del año con el clima es más soportable, que te parece si das vuelta y te diriges hacia la pequeña entrada que te conduce hacia a los Jardines Sur del Castillo.
13. Estos pequeños pero resplandecientes jardines, dispuestos en terrazas escalonadas, ostentan un pabellón circular, una fuente Barroca, dos obeliscos y un tazón gigante, sin mencionar la cantidad de vistas hacia los antiguos techos de Malá Strana, y a lo largo del Vltava. Aunque datan del siglo XVI, La identidad actual de Los Jardines fue diseñada por el arquitecto Plečnik en la década de 1920. Diariamente a las 10 AM, la apertura de Los Jardines es anunciada por Los Guardias del Castillo mediante un toque de diana, quienes hacen su ejecución desde el Pabellón Musical Hartig. Tienes la opción de proseguir hacia la entrada de los Jardines occidentales, que te llevarán hasta nuestro punto de partida, Hradčanské náměstí, o regresar sobre tus pasos hacia el portal oriental. Desciende la gran escalinata de piedra hasta la calle Klárov y da vuelta hacia la derecha. Sigue caminando, pasa la estación de metro Malostranská, atraviesa el puente Mánes, y para entonces te encontrarás en el Rudolfinum.